
Esta es mi reacción al discurso de investidura de Pedro Sánchez:
Acabamos de asistir al discurso de investidura de un Presidente que se compromete a hacer frente a la ultraderecha, evitando normalizarla, y sobre todo que se compromete a impulsar a fondo la agenda social, la agenda verde, la agenda feminista y especialmente la agenda territorial para afrontar el reto demográfico.
En su discurso hemos visto compromisos que empiezan a mostrar el peso de Aragón en este nuevo Gobierno. Pedro Sánchez se ha comprometido a impulsar el ferrocarril para vertebrar el territorio, recogiendo la apuesta por las comunicaciones en malla frente a la radial que sufríamos hasta ahora, donde todo debía pasar por Madrid, y de esa nueva articulación ferroviaria en malla son dos buenos ejemplos la reapertura del Canfranc y el corredor Cantábrico-Mediterráneo, recogidos en el acuerdo de Gobierno PSOE-Sumar.
El candidato a la presidencia se ha referido específicamente a coordinar la extensión de las energías renovables integrando a los vecinos en la toma de decisiones y en el reparto de beneficios, respondiendo a una de las reivindicaciones de la agenda aragonesa (“renovables sí, pero no así”), porque aquí sufrimos especialmente esta política desordenada y opaca de grandes parques eólicos y fotovoltaicos que provoca un rentismo que conlleva más despoblación y más desequilibrios territoriales.
También el futuro Presidente se ha comprometido a que la cohesión territorial sea la sexta prioridad de su Gobierno, enumerando algunas medidas que defendemos, como el acceso por ley de todos los municipios a servicios públicos básicos a menos de 30 minutos, entre otras medidas para que nadie tenga que abandonar su pueblo.
La impronta de la izquierda aragonesa empieza a verse en esta legislatura. Y esto es solo el principio.