Denunciando el maltrato animal en Barbastro ante público infantil

En la primera tanda de preguntas que he registrado en el Congreso, quiero destacar hoy en este blog la relativa al caso de maltrato animal desarrollado ante público infantil durante el desencajonamiento de toros que embistieron a los cabestros en la plaza de toros de Barbastro. La presencia de menores de edad en estos actos es contraria a la Convención de los Derechos del Niño. No debemos permitir que insensibilicen a los niños en el maltrato a los animales. Los y las barbastrenses merecen saber qué pasó. Por eso, he preguntado a los ministerios competentes qué medidas van a tomar al respecto.

El pasado 6 de septiembre, durante el desencajonamiento de toros en la plaza de toros de Barbastro, se produjo una escena dantesca, cuyas imágenes circularon viralmente por las redes sociales y los medios de comunicación, en las que se veía cómo uno de los bóvidos arremetía de forma repetida contra varios cabestros, que parecían ser jóvenes [actualización: 2/10/23] (resultaron ser vacas, en lugar de cabestros, lo que es contrario a la normativa vigente), ante la mirada horrorizada de niñas y niños que se encontraban en los tendidos. En los antecedentes de la pregunta, se recuerda que la presencia de menores de edad en un desencajonamiento, en el que pueden producirse situaciones de riesgo para los propios animales y las personas, contraviene la línea que viene mostrando el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, respecto a la relación entre la tauromaquia e infancia y adolescencia.

En 2018, el citado Comité, en su informe sobre el Estado español publicado el 2 febrero de 2018 (CRC/C/ESP/CO/5-6), pidió al Estado español evitar la participación o presencia de niños y adolescentes en espectáculos de tauromaquia, con un texto muy claro al respecto. En su apartado 25, especifica: «Para prevenir los efectos nocivos para los niños del espectáculo de los toros, el Comité recomienda que el Estado parte prohíba la participación de niños menores de 18 años como toreros y como público en espectáculos de tauromaquia».

Asimismo, de forma reciente, el organismo de expertas y expertos de Naciones Unidas ha incluido una referencia en el Comentario General nº 26, en su apartado G) sobre el “Derecho a no sufrir ningún tipo de violencia”: «Los niños deben ser protegidos de todas las formas de violencia física y psicológica y de la exposición a la violencia, como la violencia doméstica o la infligida a los animales».

Esta nueva recomendación tiene un encaje evidente en la exposición que sufren niñas, niños y adolescentes a la violencia contra los animales o entre animales, como el caso de Barbastro. Así, las Administraciones tienen una obligación para con la protección efectiva de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia que no están cumpliendo, según ha denunciado el diputado Pueyo.  Por ello, se han presentado las siguientes preguntas:

  • ¿Qué le parecen al Gobierno los hechos sucedidos el pasado 6 de septiembre en la localidad de Barbastro? ¿Considera que son aptos para ser visualizados por personas menores de edad?
  • ¿Cómo encajarán, el Ministerio de Cultura y otros ministerios competentes, las recomendaciones del ‘Comité de los Derechos del Niño’ de Naciones Unidas? ¿Piensan ignorarlas, apelando a la supuesta protección jurídica de la tauromaquia?
  • ¿Van a tomar alguna medida, los ministerios de Cultura y Deporte y de Derechos Sociales y Agenda 2030, en relación con la presencia e incluso la participación de personas menores de edad en eventos tauromáquicos?