
Muchas veces, cuando vienes a Madrid te sientes un poco solo, vienes como a la guerra. Y encontrarte con un círculo aragonés aquí que tiene inquietud y que encima valora tu trabajo la verdad es que te llena de orgullo y y te permite seguir luchando con más rasmia aún. Por eso estoy muy agradecido por recibir el Premio de la Fundación Chesús Bernal que me entregó el colectivo Aragoneses en Madrid anoche en el emblemático Café Gijón. Más info en la web de CHA y en Heraldo.