El acuerdo de investidura firmado entre el PSOE y ERC ha puesto sobre la mesa el debate sobre la condonación parcial de la deuda contraída por las comunidades autónomas, a raíz de la crisis financiera, con el Fondo de Liquidez Autonómica e incluso con los mercados financieros. De entrada, sorprende el discurso tan virulento de algunos gobiernos
autonómicos del PP que primero acusaban al PSOE de discriminación al prometer una condonación del 20% de la deuda con el FLA a Cataluña y que, al confirmarse que el acuerdo se extenderá a todas las CCAA, buscaron nuevas excusas para rechazar la medida. Que no puede pactarse con una sola comunidad algo que se imponga a todas sin pasar por el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), dijeron después. Parecen haber olvidado que, a cambio de su investidura, Aznar acordó con Jordi Pujol en 1996 la cesión de una amplia cesta de impuestos (el 50% del IRPF y del IVA y los impuestos especiales), en aquel pacto del Majestic que sería la base de la reforma de la financiación autonómica que se aprobó meses después. Ahora que Núñez Feijóo proclama con solemnidad que «comprar una presidencia con dinero de los ciudadanos es corrupción», no puedo evitar pensar que está señalando a José María Aznar. Por cierto, aquella cesión de impuestos pactada por Cataluña pasó por el CPFF, como no podía ser de otra manera. Y esta condonación parcial de la deuda también pasará por el CPFF, como ha confirmado la ministra de Hacienda en funciones.
Confirmado pues que esta medida va a beneficiar a todas las CCAA, solo falta determinar qué parte del incremento de deuda pública contraída a partir de 2012 y contratada a través de los mecanismos de liquidez estatales «obedece al impacto del ciclo». En ese proceso veremos cómo va a defender cada gobierno autonómico los intereses de su comunidad. En nuestro caso, resulta evidente que la condonación parcial de la deuda beneficiará a Aragón. Y que sea el máximo beneficio posible dependerá de la presión que hagamos los aragoneses cuando se negocie la Ley. La pregunta es: ¿Renunciará el presidente Jorge Azcón a que Aragón se beneficie de la condonación parcial sólo por obedecer a sus jefes del PP de Madrid?
Permitidme terminar esta reflexión con una pequeña falordia: Cuentan que el Diablo le dijo a un campesino que le concedería todo aquello que quisiera, pero que en tal caso a su vecino le daría el doble. Entonces el campesino pidió: «Sáqueme un ojo».
Así parecen actuar algunos políticos que se empeñan en enfrentar unos pueblos con otros. No es nuestro caso. El aragonesismo quiere y se esfuerza por conseguir lo mejor para Aragón, no lo peor para sus vecinos.
Estimado Sr Pueyo,
Leído su artículo con atención, en el que no falta la justificación habitual política del “y tú más” como argumento principal, uno no sale del asombro al contemplar cómo se nos vende una medida que favorece claramente a nuestros queridos vecinos del este, a sabiendas que ha sido moneda de cambio para la investidura de nuestro actual Presidente en funciones, el Sr. Sánchez, cómo una “buena” medida para nosotros también. Y me explico:
Por un lado, voy a tratar de aclarar una cuestión semántica y por otro una numérica o de proporción.
Respecto a la semántica, ¿Qué es la condonación de la deuda? ¿Significa que el Estado (léase España) perdona o deja de pagar la deuda de las CCAA? Y el Sr Pueyo conoce perfectamente, quiero pensar, que la deuda no desaparece por arte de magia, sino que “pasa” a ser asumida por todo el resto del estado, cuando esta deuda ha sido generada por todas y cada una de las diferentes CCAA, con cantidades muy dispares entre ellas, dependiendo de la administración que se ha hecho de las mismas. Es decir, la deuda de nuestros vecinos pasa a ser la deuda de todos los españoles. La deuda no desaparece.
Por otro lado, la cuestión numérica. Hay que recordar que si se “condona” el 20% de la deuda, a todas las CCAA por igual, saldrán más beneficiadas obviamente las que más deuda tengan, porque hay que recordar que el 20% de cero, es cero, el 20% de poco, es poco, y el 20% de mucho es mucho. Puede también hacer un ejercicio rápido matemático/estadístico para saber si la medida es buena, mala o regular para nuestros intereses, como aragoneses que somos, y sobre todo compararla con las de nuestros vecinos, más que para saber si vale la pena sacarnos un ojo. Le invito a que haga una cuenta sencilla, divida la deuda condonada, los famosos 15.000 millones de € entre la población catalana, hoy por hoy ronda los 8 millones de personas. El resultado (si las cuentas no me fallan) le dará 1.875€ aproximadamente por habitante de Cataluña. Ahora haga lo mismo con Aragón, divida el 20% de nuestra deuda, 1.010,6 millones de € por los 1,32 millones que somos, le dará 765,6 € por aragonés. Es decir, salimos a perder Sr Pueyo, a menos de la mitad. Lo primero que debe saber alguien qué toma decisiones, es si éstas, te favorecen o te perjudican, y en este caso no tenga ninguna duda. Nos perjudican. Puede también hacer la cuenta por kilómetro cuadrado de cada CCAA si lo prefiere, también salimos mal parados.
Por lo tanto, las Comunidades más “ahorradoras” salen claramente perdiendo y las más “endeudadas” salen beneficiadas, y ¿Cuál es la más endeudada? ¡Oh sorpresa! Cataluña. Y ahora la pregunta que hay que hacerse, es: ¿Pensaría el Señor Pueyo igual si la medida de gracia viniera de un gobierno del PP necesitando el apoyo de Junts y del PNV? ¿Justificaría esta medida del mismo modo, si la formación de un nuevo gobierno (al que pertenece) no dependiera de ello? Honestamente, creo que no.
Así que no se haga líos Sr Pueyo y no se engañe a sí mismo. Usted defiende esta medida porque le toca. Le recuerdo un tuit suyo, que comparto, citando al Sr Urkullu el primero de septiembre de 2023, que defendía la nacionalidad histórica aragonesa y sus derechos “ni más ni menos que ninguno”, respecto a la catalana, vasca y gallega. A la primera de cambio, renuncia a ello y se arrodilla sumiso, y consiente y defiende estos acuerdos, a sabiendas, que son injustos y contrarios a nuestros intereses, porque alguien se lo dicta desde Madrid.
Saludos y aunque sea ‘boomer’, buena idea por el blog, felicidades.
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